Tal y como lo sostenía   Simón Bolívar cuando afirmaba que la

universidad era el pilar de un mundo nuevo y esta debería ser para todos y

para toda la vida,  enmarca   producción  tecnológica   y  de  conocimiento.

 El libertador puso a disposición de las universidades su

accionar político y su pensamiento educativo estuvo afectado por ideas

rebeldes, de libertad y de progreso. Expresadas en los diferentes

documentos escritos por él. Vinculó el quehacer educativo de la universidad

a la vida cotidiana. Siempre procuró que la educación universitaria estuviera

dirigida a la formación de individuos cumplidores de ideas libertarias e

independentistas. Tal como lo sostiene Hohn (2011:8) cuando afirma que el

“Libertador siempre reflejó su deseo de hacer una educación diferente a la

tradicional, activa, cotidiana y vinculada estrechamente a la vida”.

Para el Libertador las universidades deben ser promotoras de una

enseñanza  que se integre a la gestión de la nación, el   conocimiento de las

obligaciones ciudadanas, y una formación intelectual que impediría que le

arrebaten al ciudadano  sus derechos. Buscó la igualdad social en los  colegios,

le otorgó al asunto    pedagógico especial jerarquía; en el resumió las ilusiones

de poder infundirle a los pobladores las ideas de nación y prepararlos para el

progreso  general de la patria. Él ideaba la educación como un medio a través

del cual se transforma lo social y se crea una emancipación económica. Para

ello, en su discurso de Angostura argumenta que la educación “debe ser un

instrumento de cambio en la vida humana” (Bolívar, 1819). Desde este punto

de vista es en las universidades desde donde se producen transformaciones

sociales duraderas.

Este pensamiento de Bolívar ha sido un legado que ha pasado de

generación en generación y permanece presente actualmente. Se constata

cuando la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), en

su artículo 109 establece:

El Estado reconocerá la autonomía universitaria como principio y

jerarquía que permite a los profesores, profesoras, estudiantes,

estudiantas, egresados y egresadas de su comunidad dedicarse a

la búsqueda del conocimiento a través de la investigación científica,

humanística y tecnológica, para beneficio espiritual y material de la

Nación. Las universidades autónomas se darán sus normas de

gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su

patrimonio bajo el control y vigilancia que a tales efectos establezca

la ley. Se consagra la autonomía universitaria para planificar,

organizar, elaborar y actualizar los programas de investigación,

docencia y extensión. Se establece la inviolabilidad del recinto

universitario. Las universidades nacionales experimentales

alcanzarán su autonomía de conformidad con la ley.

Es un mandato constitucional que las universidades deben ser garante

del conocimiento, la innovación tecnológica y estar al servicio del desarrollo

económico, social y político del país. Además ordena la creación de

organismos que apoyen este cumplimiento y le da total autonomía y

recursos a las universidades para ejecutar esta disposición. Entendida la

autonomía como organización para actuar con libertad, pero no mal

interpretada; sino para divulgar la cultura, la investigación, es involucrarse

con la sociedad donde tiene injerencia cercana para enseñar. Es emplear

sus recursos humanos, materiales y financieros para apoyar al Estado de

quien forma una parte muy distintiva. Llegar a donde la infraestructura

escolar no puede e involucrar a los que menos poder económico tienen en

el proceso educativo para que sean libres de desarrollarse e incorporarse al

sistema productivo de la nación.

Para llegar hasta donde la infraestructura educativa no puede se han

propuesto tácticas como la territorialidad del sistema a través de la cual se

puede acceder a la educación en todos los municipios del territorio

venezolano, lo que permite que las casas de estudios universitarios se

acerquen a la comunidad, vinculándose en el ámbito nacional a su contexto,

con los problemas sociales que padece cotidianamente el individuo más allá

de las cuatro paredes de un salón de clases o una oficina pertenecientes a

la infraestructura universitaria.

Para ello, la universidad desde la orientación de la Misión Alma Mater

convierte a las comunidades circundantes en escenarios de

aprendizaje  indisolubles  en los que la universidad tiene la oportunidad de

conocer problemas precisos lo que conlleva a fortalecer e incrementar la

labor de los establecimientos educativos en su ámbito de incidencia.

Esta transformación en la que se proyecta el quehacer de la

universidad a otros espacios tiene el apoyo en estrategias de cambios, en

las disposiciones académicas, en las vinculaciones con la sociedad y los

esquemas administrativos, como los que se fomentan desde ejemplos

observables en la universidad de las artes(Gaceta Oficial N° 38924 mayo

2008), en la universidad de la seguridad(Gaceta Oficial N° 39120 febrero

2009) entre otras; que pretenden fortalecerá las universidades territoriales

en los espacios de discernimiento apropiándose del saber social a través de

las colectividades de investigación que vigoricen el poder popular y la

construcción de una nueva sociedad.

Esto implica el nacimiento de un nuevo ciclo histórico para la

universidad, que se funda en el ámbito de la Misión Alma Mater, basada en

un pensamiento diferente sobre la sociedad, la ciencia y la tecnología y un

profesional distinto demandado para la unificación nacional. Esta nueva

historia de la universidad, está enmarcada por cambios importantes, no solo

en los cimientos y principios que la definen, sino además en la forma como

ha maniobrado durante largo tiempo.

Por ello,es necesaria una concepción etimológica diferente de la

universidad, ya que constituye el centro de la renovación del sistema

educativo. Las universidades han jugado un papel  concluyente en el progreso

de la sociedad, y esto se acrecienta cada vez más pues es desde estas

organizaciones que la ciencia, la tecnología, la cultura y la política pueden

desarrollarse. Es desde la universidad que se tiene el compromiso de

enfrentar la progresiva tecnificación de la sociedad, las predisposiciones a la

mundialización de la economía y del conocimiento, entre otras tendencias

que son parte de su responsabilidad social.

Es entonces, la universidad un eje muy trascendental para la

transformación social sostenible, fundamentada en el conocimiento, lo que le

demanda a esta modificarse. Cambiarse a un modelo diferente que la haga

realmente científica, oportuna, creadora, tecnológica y lo más importante

humana y social, integrada y comprometida con las comunidades. En ese

sentido, la transformación en el marco de la Misión Alma Mater, está

enfocada al acercamiento de la universidad hasta su territorio circundante.

Esta llamada a incitar a la participación de diferentes sectores a involucrarse

en los cambios que en un futuro se convertirán en la plataforma para la

transformación social.

Iniciar la transformación universitaria, desde la filosofía de la Misión

Alma Mater, demanda de los representantes de las universidades

reflexiones, cuestionamientos, dialécticas, diferentes ideas construidas a

partir del sentir de un colectivo que solicita una universidad vernácula,

oriunda,con valores, tradiciones y principios adaptados a las costumbres

venezolanas; pero, con una perspectiva  mundial.Una universidad que cubra

las exigencias locales, regionales, nacionales y mundiales con eficacia,

calidad y justicia social.

Por otro lado, las universidades juegan un papel importante ya que son

promotoras de conocimientos innovadores, espacios de comparación de

ideas y generadoras de culturas, lo que las convierte desde el punto de vista

político, en el medio que permite el afianzamiento y ampliación de la

construcción de una sociedad distinta que tiene como horizonte la inclusión,

el reconocimiento del otro, la pertinencia social y la formación de un

individuo más humano.

Al respecto Prieto (1947:65) sostiene que “es inconcebible que el

Estado deje abandonado al capricho de las actividades particulares la

orientación y formación de la conciencia ciudadana”. En ese sentido, el

proceso de reconfiguración de las universidades obedece a un cabo

ideológico político instalado en el Estado y que orienta los lineamientos

educativos. En efecto, tienen fines sociales pero la forma en que sus

miembros se hacen sentir dentro y fuera de su infraestructura responde a

las metas del Estado, a cual es la sociedad que este requiere y sobre la que

ejercerá su poder intelectual.Por ello el poder político del Estado requiere de

un reconocimiento de sus ideas, normas, cultura y ética sobre la que basa

sus fundamentos y que mejor que las universidades para implementar su

modelo en la formación de la vida. Desde donde se instale su lenguaje que

irá en beneficio de los requerimientos del Estado.

Es así como, las transformaciones universitarias responden, a la

necesidad del Estado de tener un instrumento que le permita influir en el

cambio social. Para ello sutilmente ha creado un esquema de principios que

le son comunes a todo ser humano como equidad, justicia, solidaridad,

cooperativismo, compromiso social y ha involucrado a las universidades en

su difusión, lo que fortalecerá la ideología del Estado y conducirá a la

formación de una nueva manera de razonar que expresa la necesidad de

todos por lo que el Estado determina los medios para satisfacerlos.

No obstante, a pesar de que existe toda una normativa legal, gerencial,

académica, lineamientos que establecen compromisos sociales, órdenes

constitucionales que instan a las universidades a la transformación de su

quehacer para convertirse en el medio a través del cual se fortalezca el

poder popular y se reconozcan diferencias culturales y se construya una

universidad de inclusión invitando a todos los actores que hacen vida en su

territorio de influencia, no se ha podido concretar que fluyan los procesos

académicos y de gestión que hacen posible la vinculación de los procesos

de investigación, de enseñanza e innovación tecnológica con los proyectos

socio-económicos que están dirigidos a fortalecer el bienestar social y la

soberanía nacional.

La universidad que está vigente tiene un panorama de colosales

debilidades ya que es un claustro aferrada al pasado, desfasada,que

responde solo al periodo en que nació y está influida por

conocimientos occidentales y estadounidense, no supera la colonización y

conserva esquemas que no son manifestaciones de otra cultura. Estas

debilidades han sido un problema para la consolidación de la transformación

universitaria ya que por, ejemplo, se emplaza a coadyuvar en el desarrollo de

una sociedad humanista, comprometida con su entorno, consustanciada con

las dificultades de las comunidades pero en la realidad las universidades

están aisladas de las sociedades, en ellas se fortifica la cultura elitista que

satisface ambiciones personales sin que exista una responsabilidad social.

Por otro lado, la universidad supuestamente trasformada persigue la

formación exhaustiva del ser humano, para lo cual se han diseñado planes

de estudios pero en los salones de clase se forman individuos fragmentados,

profesionales que trabajaran en una empresa, no que impactaran

positivamente en la sociedad, cuya formación es dominantementecognitiva.

Además, requiere de un profesor innovador ycongruente con su función en

ejercicio del cambio social; sin embargo,los docentes viejos o nuevos

redundaninsistentemente en los esquemas disciplinares de formación bajo

los cuales fueron enseñados o como vieron que se manejaba la universidad.

Con base en lo expuesto, se presume que la transformación fue

diseñada con la convicción de que lo científico y lo administrativo de la

universidad debe estar soportado sobre la fragmentario, las disciplinas y la

cultura de organizar lo social solo a través de las ciencias muy

especializadas.Es decir, la universidad ha intentado cambiar su visión ética,

sin embargo epistemológicamente continua atrapada en el paradigma

positivista de la ciencia. No hay una transformación profunda que sacuda los

cimientos filosóficos que la sostienen sino que funciona con cambios parciales

que apenas tantean la superficie de la estructura universitaria.

Las reformas que se han producido hasta ahora en la universidad se

basan en un proyecto de universidad tradicional, con una disposición

académica cerrada, una organización rígida y vertical, dividida en facultades

y escuelas dirigidas a la profesionalización, sin transdisciplinaridad y

transversalidad de los procesos de aprendizaje y sin enlace con la vida

social  y su   produccion   operativa   y  funcional 

 Si se reflexiona sobre este escenario, puede presumirse que el

nacimiento del problema en la universidad está en que no siguió

cuestionándose epistemológicamente como mecanismo primordial para la

transformación de sus procesos pedagógicos y los cimientos de su

organización y siguió afrontando de la misma manera la formación del

individuo, apartándose cada vez más de su compromiso social, de sus

cometidos esenciales y desaprovechando la perspectiva de sociedad y de

nación que se demanda.

Se deduce entonces que la tan difundida transformación es un medio

para conservar el curso de lo existente. Por ello, urge una

reconceptualización de la universidad ya que, en el contexto legal, los

cambios en estas organizaciones descansaron hasta escaso tiempo sobre la

ley de universidades de 1958, con leves innovaciones en 1970, que

entablaron un desvío, en los argumentos legales desde 1999, pero que en

la práctica siguen en vigor aunque no satisfacen los desafíos de la universidad.

Se plantea en diversas instancias del sistema educativo que los

alumnos, docentes, administrativos, obreros y comunidad son protagonicos

del proceso de formación; no obstante, en las universidades todo está

centrado en el profesor como especialista y los demás actores están

relegados a otros planos. En el caso especifico de los estudiantes, por

ejemplo, son solo recientes de información, cuya intervención está destinada

a repetir ideas y costumbres transferidas por el pedagogo a través de

contenidos, con un pensamiento didáctico que no toma en

cuenta la experiencia y los saberes anteriores de los estudiantes.Además, el

conocimiento está sostenido por las tecnologías informáticas, el Internet,

entre otros; sin embargo, en las universidades es muy restringido el uso de

las TICs, ya que escasean las  tecnologías que renueven la forma tradicional

de impartir las clases, aunado al hecho de que muchos docentes no saben

utilizarlos distorsionando su uso en el proceso de aprendizaje.

Desde esta ojeada reflexiva pareciera que la transformación se trata de

confeccionar un modelo pedagógico, un currículo distinto, una misión y visión

de la universidad que se ambiciona, que dé respuestas a las solicitudes

sociales conegresados consustanciados con lasdificultadesregionales y

nacionales.Pero va mucho más allá, requiere de una universidad que

desarrolle estrategias que le permita insertar los procesos de docencia,

investigación y extensión en un proceso de formación completa, creativa

intelectual y vinculada a las comunidades. Estos procesos en su

pensamiento epistemológico y  productivo  real diferente permiten concebir las estrategias de

cambio que se demandan para redefinir la actual universidad.

Por lo antes expuesto, surgen interrogantes ¿Cómo se piensa la

universitaria transformada desde la Misión Alma Mater?¿Cuáles son los

conceptos teóricos planteados desde la Misión Alma Mater yque hoy dan

cuenta de la transformación universitaria en el contexto de la Educación

Bolivariana para la consolidación del quehacer social de la Universidad

Politécnica Territorial de Paria “Luis Mariano Rivera”? ¿Cuál es la posición

crítica acerca de la participación de la universidad en la transformación de la

comunidad circundante como expresión de su responsabilidad territorial,

planteado desde la Misión Alma Mater? ¿Será que la transformación de la

universidad está consustanciada con las necesidades de la sociedad y con

los cambios políticos y económicos de la actual Venezuela? ¿Cuál es la

diatriba que emerge de la transformación en la Universidad Politécnica

Territorial de Paria “Luis Mariano Rivera”como espacio de cooperación entre

los seres humanos, en reafirmación de su cultura, su ambiente, pertenencia

a la humanidad y con potencialidad para la creación de lo novedoso y el

cambio en lo ya existente?

Esto implica el desafíode plantear las implicaciones